Page 83 - Revista científica HMVM ::: Hospital General de Agudos "Magdalena V. de Martínez"
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REVISTA CIENTÍFICA HMVM - IV 83
día para estar actualizado en su profesión. Yo maestros. Desde que Anaximandro se opuso
considero que los docentes en Ciencias de la a Tales de Mileto (el primer filósofo, el primer
salud debieran leer además al menos un artí- científico y el primero de los siete sabios de
culo pedagógico o didáctico diariamente para Grecia) y Aristóteles (Padre del Realismo) se
estar actualizados en su enseñanza. Y apar- opuso a Platón (Padre del Idealismo), ocurrió
te de lo pedagógico, que es la base de toda así en toda la historia de la ciencia.
educación, debiéramos estar acualizados en
lo efebogógico, en lo androgógico y en lo gine- En definitiva, el conocimiento es de todos en
cogógico porque no es lo mismo la educación general y de nadie en particular.
de un niño que la de un adolescente, un joven
o un adulto. La salud la hacemos entre todos o no la hace
nadie.
Si bien el propósito de las Ciencias de la Sa-
lud es la salud como constructo abstracto de La educación la hacemos entre todos o no la
nuestra mente, no debemos dejar de lado el hace nadie.
elemento más importante de la salud que es la
persona, el paciente; y no el profesional de la Finalmente, recordar que, por una herencia
salud. De la misma manera, cuando hablamos positivista dominante, las carreras en Cien-
de docencia, el elemento más importante es cias de la Salud tienen muchas materias cien-
el alumno y no el maestro o profesor. Por eso tificistas y muy pocas materias humanísticas,
debemos trabajar en función de poder lograr y que debemos reforzar la formación docente
que el alumno crezca y se desarrolle en su y del alumno en Humanismo. Porque nosotros
educación siendo facilitadores y mediadores no atendemos cuerpos, sino que atendemos
de esta ardua tarea. Para ello debemos recor- personas.
dar que la formación más importante para el
docente en Ciencias de la Salud es el estímulo La formación docente en Ciencias de la Sa-
que debe realizar para que el alumno piense y lud debe ser, por supuesto, a nivel asistencial;
razone libremente, independientemente de lo pero también a nivel docente, y además a ni-
que pueda marcar la clase o el programa y vel de investigación; y fundamentalmente a ni-
hasta el pensamiento propio del docente. Te- vel del amor (las cuatro patas de las Ciencias
nemos que dar lugar a la creatividad y a la ima- de la Salud), motor que nos lleva a ejercer
ginación. Tenemos que permitir que el alumno nuestra profesión, transmitir los conocimien-
se oponga a nuestra enseñanza y a nosotros. tos y entender al otro como otro yo a través
Porque la ciencia avanza porque hay gente de la empatía, quizás lo único que pueda re-
que piensa diferente. Y casi me atrevo a decir solver la gran mayoría de los problemas de la
que es obligación del alumno oponerse a sus humanidad.