Page 17 - Revista científica HMVM ::: Hospital General de Agudos "Magdalena V. de Martínez"
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REVISTA CIENTÍFICA HMVM                              17

“Es malita, mato al marido, no le importan sus       rivada a psicología para trabajar en conjunto,
hijos”, frases de pasillo ¿que la describían?.       localizando allí un padecimiento subjetivo. Es
                                                     un golpear la puerta, eso solo, lo que nos hace
  El psiquiatra que la atendió dejo registro de      escuchar ¿un esbozo de demanda?. Alguien
los síntomas con los que G se presenta “irritabi-    que se dirige a Otro.
lidad, ansiedad, impulsividad”, estos síntomas
son medicados pero en el último encuentro G          Encuentros en el pasillo
ingresa “desorientada, con mal estado general”
luego de un episodio en el que Fortalecimiento         A partir de ahí, tanto la psicóloga como la
Familiar interviene quitándole la tenencia de su     asistente social comenzamos a acercarnos
hija de 8 años. Esto ocurre debido a que unos        a ella. Le preguntamos porque esta aquí, en
vecinos realizan una denuncia, cuando ven a la       que podemos ayudarla. Dice muy poco, cuenta
niña, a las cuatro de la mañana en la calle sin      de una reciente violación, elemento suelto, no
un adulto que la cuide. Este hecho se suma a         agrega nada más. En nuestro acercamiento a
que cuando citan a G ella no puede responder         ella, G se empieza a encontrar de a poco más
a lo que ellos le proponen para mejorar esta         despierta. “Tengo hambre” o “hace calor”, van
situación. El psiquiatra la cita en 48 horas, y      armando un dialogo con ella, donde se le ofre-
acompañada, pero G abandona el tratamiento.          ce ingresar por la guardia para atenderla, inclu-
                                                     so para atender cuestiones clínicas. G acepta,
  Pasados muchos meses G vuelve al hospi-            pero deambula por la guardia, sin acceder a
tal llega en situación de calle, durmiendo en la     atención clínica. No quiere que le saquen san-
puerta de “afuera” de la guardia. El psiquiatra      gre, que la revisen. Se va.
trata con ella, y la asistente social, pero al poco
tiempo G vuelve a irse.                                Otra vez en el pasillo G vuelve a recostarse y
                                                     a hacer de ese lugar “su lugar”. Se decide a par-
  Un año después G aparece nuevamente,               tir de su pedido “tengo hambre, quiero comer
esta vez se deposita en los “bancos de la sala       algo…” acercarle una ración diaria de comida,
de espera del Hall central” del hospital. Duerme     que se gestiona con la nutricionista del hospi-
todo el día, con su cuerpo tirado, en el banco,      tal, con una receta hecha por la psicóloga de
sin higienizarse, con mal olor y aspecto desme-      guardia, para una “paciente” de salud mental.
jorado, su rostro oscurecido. Un día G golpea        Si bien en el reglamento, no hay comida para
la puerta. Se dirige a la trabajadora social y le    ella, se hace uso de lo que hay, para ofrecerle
pregunta ¿Qué, no me reconoces?, me duele,           lo que pide. A partir de la entrega de la vianda,
me sangra mucho…esto no me gusta.” Es de-            se va posibilitando un encuentro con ella. Mo-
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