Page 60 - Revista científica HMVM ::: Hospital General de Agudos "Magdalena V. de Martínez"
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60 REVISTA CIENTÍFICA HMVM - IV
vez más personas desprotegidas y con mani- lo “no permitido” a las mujeres. En el mismo
festaciones de la cuestión social que se han sentido, “alejadas” de las expectativas sociales
agudizado. construidas acerca de roles maternos y de cui-
dado, la presencia de una mujer con un hijo/a
Suele tratarse de un fenómeno principal- en situación de calle “conmueve” aún más, se
mente masculino, y un territorio caracterizado rechaza, y fácilmente son ubicadas en genera-
como masculino. Encontrar mujeres en esta doras de riesgo o perpetradoras de daños. Si
situación no sólo es menos frecuente, sino que bien cierto que un niño en situación de calle
además, interpela diferenciadamente a la co- verá afectada su salud y desarrollo, también es
munidad e instituciones como el Hospital. Ale- cierto que muchas mujeres toman esta opción
jadas del estereotipo en la cual socialmente se justamente como una estrategia de cuidado,
la ubica, su presencia, observarlas, ser tes- son adaptaciones al riesgo, que tienen lugar
tigo, moviliza más y a muchos; posiblemente cuando los hogares familiares son fuente de
desde la consideración de lo “inconcebible” y daños y amenazas.
pENSANDO EN LAS INTERVENCIONES.
En líneas generales las políticas públi- Pensar en la atención de la salud de perso-
cas y programas públicos destinados a interve- nas en situación de calle en el Hospital, así
nir en estas situaciones no trabajan en torno a como su circulación por los diferentes espacios
las causalidades, sino de manera temporaria y del mismo, plantea el trabajo con sujetos que
principalmente en relación al alojamiento físico están en extrema vulnerabilidad social, con
tales como la oferta de Refugios o Paradores características absolutamente diferenciadas y
con mayor o menor asistencia profesional. No distintas a las de otros pacientes. Esto inter-
se distingue un abordaje de forma integral, y pela las posibilidades y limitaciones dentro del
en general la primera respuesta suele ser de ámbito hospitalario y también impacta en las
carácter punitivo, en este sentido es común es- miradas y prácticas del equipo de salud, así
cuchar en los relatos de las persona experien- como en otros actores de la institución (admi-
cias en las que han sido víctimas de violencia nistrativos, voluntarios y otros).
institucional y/o policial.
Para la asistencia de pacientes en situación
En el caso del Partido de Tigre las políticas de calle se recomienda entonces intensificar la
locales se dirigen por un lado a una respuesta “fase de relevamiento” que permita la pondera-
ante la situación de emergencia (SES – COT ) ción y valoración de las personas en situación
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y por otro a dar una respuesta de alojamiento de calle:
transitorio, como el Refugio Nocturno Munici-
pal, que sólo permite la permanencia de la per- • El espacio físico ocupado.
sona por un tiempo acotado, dando lugar a un
fenómeno cíclico. • Temporalidad.
Estas políticas no consideran la singulari- • Tipo de locación y circulación
dad de las personas, por lo contrario, reprodu-
cen su posición como objeto de intervención. • Distinción de afiliaciones y desafiliacio-
Ejemplo de ello puede ser: En el refugio están nes sociales 7
obligados a despojarse de sus pertenencias
o mascotas. En el hospital se los rotula como • Valoración de la posición del sujeto
“pacientes sociales” y se dificulta la atención en
equipo pasando a ser solo de seguimiento ex- • Evaluación de estado de salud física y
clusivo del Servicio Social. psíquica