Page 49 - Revista científica HMVM ::: Hospital General de Agudos "Magdalena V. de Martínez"
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REVISTA CIENTÍFICA HMVM - IV 49
Este caso me invita a pensar como “la institu- no encontrar respaldo, ni en la familia ni podría-
ción tiene una dimensión de señuelo, de anzue- mos pensar en un padre en quien respaldarse.
lo en la que enganchar las demandas que cir- Padre que ponga freno al goce mortífero en el
culan en un mar social; una manera de vincular que lo deja el consumo. A sus 19 años lo tóxico
con un nombre una ocasión, en donde enlazar aparece ligado a otra relación de pareja, y la
un Otro que se constituye en el movimiento mis- droga se presenta luego, tal vez, como un par-
mo de “dirigirse a”. teneire sustitutivo de esta.
En otro nivel están los dispositivos (como se “Si el consumo sustituye al lazo social, lo que
presenta en este caso el espacio de tratamiento se busca no es un encuentro sino simplemen-
ofrecido por consultorios externos), como ele- te una satisfacción. Si lo que se borra es todo
mentos discretos con los que comenzar a jugar indicio de subjetividad, lo que se demanda es
una dimensión simbólica en la que pueda pro- otro para ser consumido.” Se presenta de este
ducirse un espacio nuevo, un sentido nuevo.” modo la dimensión autista del goce “tóxico, de-
bido a su horizonte mortífero.” “La cuestión no
Es decir, J llega a la institución hospitalaria es el toxico, sino el tipo de satisfacción en que
quien recibe la gran demanda de pacientes que se aloja.”
asisten en relación a la problemática del con-
sumo de sustancias, pero en su particularidad Se trabaja con él en este punto, ¿Por qué
J comienza a “engancharse” en un tratamiento quedar a merced del Otro que él describe como
en donde poner a trabajar su relación singular malo? Instalando de su lado alguna diferencia,
al consumo y poder preguntarse porque llego a que aparece en el momento en que él puede
acudir a las drogas y a estar tan mal. decir que NO. Instalar otra opción, allí donde se
presentaba desde lo unívoco. Quedar adverti-
Se produce un espacio nuevo, un nuevo sen- do que más allá del “bulling” familiar él puede
tido a partir de que localiza que su problema no responder de otro modo.
es la sustancia sino haber “consumido la amar-
gura”, que su dependencia no es hacia el objeto Tarea del analista la de que él mismo pueda
droga sino a las “palabras del Otro”, palabras escucharse en sus dichos y su enunciación.
tóxicas que él escucha, recibe, pero quedando Ahí donde “el sujeto dependiente nos enseña
adherido a estas, “negro, tacho de basura” re- primero que la experiencia de dependencia se
suenan finalmente en su propio cuerpo, identifi- sitúa siempre del lado de los excesos”, introdu-
cándose él con ese lugar de residuo. cir un “no” le permite correrse de ese lugar, le
permite dar lugar a la palabra allí donde antes
Comienza a consumir a los 14 años con su estaba el puro acto, que lo dejaba aplastado,
grupo de pares, momento en que la pubertad borrado, sin identidad, sin inscripción en el cam-
marca el encuentro de la salida del hogar y el po simbólico. Ahora en cambio, tener a quien
encuentro con otros. Se aferra al consumo a dirigirse, ponerse a hablar le permite un lazo al
sus 17 años al finalizar una relación de pareja y Otro, y a su vez un lazo nuevo hacia lo propio.
bIbLIOGRAfIA
Autores varios. El lazo social intoxicado. Pharmakon Autores varios. Idem. Artículo: Lazosocialintoxicado.
11. Grama Ediciones. Artículo: Paco, la intoxicación Darío Galante.
por el deshecho. Nicolás Bousoño, Ana D Andrea,
Gabriela Gorodneff.