Page 38 - Revista científica HMVM ::: Hospital General de Agudos "Magdalena V. de Martínez"
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38 REVISTA CIENTÍFICA HMVM
conciencia de la peligrosidad de las mismas” que separan a varones y mujeres en el uso de
(USPPA, 2011: 18). drogas ilegales en las edades más jóvenes, y
un aumento progresivo del uso de drogas lega-
Sin embargo, también se señalan los este- les entre todas las mujeres y en algunos grupos
reotipos de género como factores que pueden de edad. Asimismo, hay “dos formas de consu-
aumentar la discriminación y vulnerabilidad so- mo que prevalecen, por un lado el de las mu-
cial de las mujeres. “Hemos de pensar que el jeres adultas (psicofármacos y alcohol), donde
consumo de drogas ilegales entre las mujeres el consumo se hace en el ámbito de lo privado,
lleva consigo una carga emocional de disgusto mientras que en las más jóvenes el consumo
y miedo a lo público, quizás por su rol todavía (alcohol, psicofármacos y también drogas de
predominante en nuestras sociedades como síntesis) ocupa los mismos lugares que el de
esposa dependiente y madre cuidadora. Usar los jóvenes varones: la noche, el baile, las sali-
una sustancia ilegal supone para las mujeres das de fin de semana” (Parga, 2010: 5).
no sólo ser clasificadas de desviadas por sus
usos de drogas sino también por contraponer- Entonces, por ejemplo, el consumo de mari-
se a la definición social de lo que debe de ser el huana en las jóvenes sería equiparable al de
comportamiento “femenino”. Incluso entre los ellos. Sucede que se trata de una sustancia
propios usuarios de drogas, las mujeres gene- que cuenta con cierta legitimidad social, que
ran rechazo, reportando los usuarios de drogas la aleja de su valoración como práctica margi-
su preferencia por parejas femeninas ‘libres de nal (Romo, 2011). Esta sustancia estaría en-
drogas’” (Romo, 2010: 27) trando en un proceso de normalización con la
consecuente baja percepción del riesgo que se
“La doble penalización que implica (desde la le asocia a su uso. De acuerdo a un estudio
sanción social) la transgresión en el caso de del Observatorio Latinoamericano de Políticas
que sea protagonizada por una mujer, afecta de Drogas y Opinión Pública (OPDOP, 2012,
a distintos aspectos de su imagen interna y 3), el 70% de las mujeres argentinas no se sin-
externa” (USPPA, 2011: 8). Asimismo, “las mu- tió discriminada al consumir marihuana. Otras
jeres sufren una mayor estigmatización y dis- sustancias que estarían siendo consumidas en
criminación a la hora de consumir drogas o de- similar frecuencia en varones y mujeres jóve-
sarrollar una adicción, en tanto que –siéndolo nes son el alcohol, psicofármacos y drogas de
o no– está ‘faltando a sus deberes de madre’ síntesis.
y desoyendo el mandato conductual imperante
de ‘La Familia’. Se la considera –tanto si con- En canto a los psicofármacos, éstos son ma-
sume, como si es adicta– como más irrespon- yormente consumidos por mujeres. De acuerdo
sable, menos confiable e incluso más promis- a un estudio de SEDRONAR sobre el uso inde-
cua sexualmente (‘la que bebe’, por ejemplo, bido de drogas y las consultas de emergencia
se considera cuando menos que es ‘inmoral’, en dispositivos asistenciales, las mujeres de
lo que aumenta el riesgo de convertirla en un mediana edad tienen un mayor consumo de
blanco perfecto para sufrir abusos y desconsi- ansiolíticos, sedantes y tranquilizantes que los
deraciones de cualquier clase. Los hombres no varones de su rango etario, aumentando signi-
sufren esta clase de estigmatización asociada” ficativamente en las adultas mayores: de 3,9 a
(Ídem: 9). 4,7 en mujeres y de 2,5 a 2,3 en varones (SE-
DRONAR, 2013: 22).
Algunas investigaciones provenientes de Ar-
gentina y de otros países marcan una matiz es “Las motivaciones femeninas para consumir
este aspecto, señalando que ciertos consumos psicofármacos (tranquilizantes, somníferos,
son alentados socialmente y aceptados en las ansiolíticos, etc.) se relacionan con la nece-
mujeres, lo que marcaría una cierta “feminiza- sidad de evitar cierta sintomatología, como el
ción del uso de drogas” (Romo, 2011). Ésta se estrés, la angustia, el nerviosismo, la tristeza o
caracteriza por una disminución de las ratios las dificultades para dormir, que se derivan de