Page 40 - Revista científica HMVM ::: Hospital General de Agudos "Magdalena V. de Martínez"
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40 REVISTA CIENTÍFICA HMVM

problemático sobre el cuidado del grupo fami-       por miedo al estigma, al rechazo, o por otros
liar. Teniendo en cuenta esta función histórica-    motivos, en sujetos femeninos es una constan-
mente asignada, interesa la salud de la “mujer-     te” (Ídem: 14). Aumenta el deterioro en su salud
madre” en tanto garantiza funciones esenciales      integral, al retrasar el contacto con institucio-
en la producción y reproducción de la sociedad      nes de salud para iniciar un tratamiento por el
capitalista.                                        problema de consumo.

  Desde otro lugar, interesa conocer cómo se          Puede suceder que la demora en el inicio de
relaciona el consumo problemático con las re-       un tratamiento esté relacionada con el miedo a
laciones afectivas de las mujeres, como posi-       la pérdida de la tenencia de sus hijos/as. “Son
bles factores protectores (redes de sostén) o       muchas las mujeres con hijxs que rehúyen un
de riesgo. También importa conocer los efectos      tratamiento a su enfermedad por el miedo que
a nivel personal de discriminación, estigmatiza-    les provoca pensar que les pueden quitar la
ción y búsqueda de estrategias de superviven-       custodia de sus hijos” (USPPA, 2011: 10). En
cia.                                                otros casos, los hijos son motivación para dejar
                                                    el consumo, mostrándose como un elemento
  Se considera que las mujeres son mayor-           protector en estas situaciones. “The interview-
mente discriminadas que los varones que con-        ees associated maternity with an improvement
sumen sustancias. Sobre ellas recae una doble       in their lives: a chance to stop consuming and to
sanción social, por su relación con la ilegalidad,  reconstruct family and emotional bonds” (Romo
cuando consumen sustancias ilegales, y por          y otras, 2015: 6).
transgredir los roles femeninos tradicionales.
Esta discriminación “afecta a distintos aspectos      Es interesante poner en diálogo este último
de su imagen interna y externa” (USPPA, 2011:       sentido, que vincula el proyecto de maternidad
9). Desde estas posturas discriminatorias y es-     como elemento protector en ciertas situaciones
tigmatizantes, se piensa a las mujeres usuarias     de consumo de drogas, con las estrategias de
de drogas “como más irresponsables, menos           “rescate”, como componentes de una política
confiables e incluso más promiscuas sexual-         privada ligada a la promoción de la salud. En
mente (…). Los hombres no sufren esta cla-          este sentido, María Epele analiza la articula-
se de estigmatización asociada” (Ídem: 9). Un       ción entre los procesos económicos y políticos
documento elaborado en España afirma que            macro estructurales, con las modificaciones de
“La percepción social de la mujer drogodepen-       las micro-dinámicas de los vínculos, prácticas
diente está mucho más deteriorada que la del        y experiencias de la intimidad y cotidianeidad,
hombre, según se demostró en un informe del         específicamente en las relaciones de pareja
Observatorio Europeo de la Drogas y las Toxi-       en las que hay un uso de drogas. Si bien esta
comanías (OEDT, 2004), donde la opinión ma-         autora analiza el tema en relación a los varo-
yoritaria se centraba en una clara incompatibili-   nes usuarios que forman pareja con mujeres
dad entre ser mujer y ser drogodependiente, en      no usuarias de drogas en un momento de uso
función de sus características potenciales de       intensivo de drogas y deterioro corporal, el con-
maternidad” (García del Castillo, A., 2005: 7).     cepto se podría extender para las situaciones
                                                    aquí analizadas. En efecto, compartirían un
  Al respecto, y como consecuencia de esta          mismo “contexto de rescate”: “Al encierro ba-
mayor discriminación, se ha observado que es        rrial, resultado de la reducción de la movilidad
común que las usuarias oculten su consumo           social y territorial, se le agrega, por los efectos
(USPPA, 2011; Parga, 2010, García del Cas-          de la prácticas de criminalización, un acorrala-
tillo, 2005). Este ocultamiento “es un problema     miento progresivo de los usuarios(as) que, en
que se suma a los muchos que intervienen en         el mejor de los casos, reduce el mundo vivido
el fenómeno de consumo de drogas, con la par-       de cuidado y afecto a unos pocos vínculos cer-
ticularidad de que exacerba sus efectos más         canos, lugares y recorridos, frente a un contex-
negativos. Este silenciamiento del consumo,         to amenazante y que pone en peligro de diver-
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